lunes, 11 de enero de 2010

Apología del Burro


Fragmento

 ASALTO CARNAL A MARIELA

Cuando tenía unos veinte años de edad, conocí a una
adolescente de una belleza excepcional. No tenía defectos;
era baja de estatura, carita de ángel, como su fuera obra de
un pintor, me cansé de pedirle la nalga se había ido tres
días con un muchacho y había tenido experiencia sexual,
pero no me hizo caso. Pasaron algunos años y se convirtió
en cabaretera, tuvo como una docena de parejas, yo la veía
poco. No hubo una ocasión de culearmela por algún dinero,
dejé de verla por lo menos quince años. Un día estaba
descansando en el sillón de mi casa cuando tocaron la puerta,
salí a abrir, era Mariela que venía con un familiar mío y un
anciano que no conocía.
– Qué milagro Mariela.
–Pues aquí, mira que chiquito es el mundo.
Seguía estando buena, pero un poco más gordita, se le
notaba el vientre y una lonja de grasa, sus labios los tenía
de mamadora profesional. Mandaron por dos cajas de
modelo al anciano que venía con ellos, no tardó ni diez
minutos en regresar, cargado con su caja de cerveza, la
puso al centro y destapó una para cada quien, la chavala
dijo:
–Salud –y tomó un trago. Todos las seguimos, era
temprano, sería la una de la tarde, pronto sentimos el calor
de la cerveza. Me sorprendió que aguantara tanto, porque
ya íbamos por la segunda caja y ella como la fresca mañana.
Pensé en tomar poco para conducir bien la reunión. Le
pregunté por qué no se había dejado coger de adolescente
y me dijo:
–Un poquito más de insistencia y te las hubiera soltado,
pero todavía hay chance –le dio risa, pero con el que quería
era con mi pariente.
Estaban tomando desaforadamente. Ella le propuso al
viejito que se encuerara y que ella lo haría también. Pinche
abuelo no lo pensó. Me dijo que le pusiera rock and roll, le
puse un blues a toda madre y empezó a danzar al tiempo
que se quitaba la ropa, hasta quedar en cueros, Mariela...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario